MATAR A GADAFI

Autor: Alberto Vázquez-Figueroa.
Editorial / Colección: Singular Ediciones.
Género: Novela de espionaje. Ficción
Año Publicación: De esta edición, mayo, 2011
Páginas: 240

“Matar a Gadafi” es una novela corta, de 240 páginas, catalogada como novela policíaca y de espionaje. En este caso suprimiría el adjetivo policíaca, pues se trata de una trama de espionaje, periodismo, y sobre cómo los gobiernos más fuertes y poderosos tratan de controlar la gobernabilidad del planeta.

AlbertoVázquez Figueroa nos cuenta la historia de Elliot Bukhanan, periodista del Saturday News, una de las revistas americanas más importante y prestigiosa a nivel mundial. Se trata de un periodista importante, carismático, mujeriego, corresponsal de guerra…; pero que acarrea en su debe un favor a la CIA, que aparece en escena dispuesta a cobrárselo. Elliot, se ve abocado a desenmarañar un complot cuya finalidad es el asesinato del dictador libio Muammar al-Gadafi. En esta trama se verá inmersa su exmujer Angela Ramírez, puertorriqueña y secretaria de un importante productor italiano, Sergio Fabbri, socio de Gadafi, con quien tiene previsto cofinanciar una importante superproducción cinematográfica: “Cita en Tubruq”. Prácticamente todos los personajes de la novela se ven obligados a plantearse el asesinato de Gadafi, por unas u otras cuestiones, chantajeados por falsas acusaciones o por acontecimientos de sus vidas que no quieren que salgan a la luz pública. Ángela, Fabbri, Anthony Spencer -el actor principal de la película-, Omar al-Muzruk –compañero de estudios y armas de Gadafi-, Cameron Harris –director de la película-, Mahiana Tepuaní –actriz del filme-… tendrán  que luchar entre lo que dicta su conciencia y lo que deberían hacer para solucionar sus problemas.

Bukhanan irá descubriendo poco a poco informaciones y sorpresas que mantienen la intriga hasta el final de la obra, obligado por la necesidad de saldar su deuda y de proteger a su exmujer. Para ello, el autor va introduciendo personajes poco a poco, incluyéndolos en la trama, describiendo sus vidas y sus miedos y contribuyendo a que el lector se vaya haciendo una composición de lugar sobre el final de la historia. Cambia hábilmente el peso de la sospecha de unos personajes a otros, lo que me hacía imaginar unas veces un final y otras, otro diferente.

Del mismo modo, deja deslizar a lo largo de las páginas acciones de la CIA, que en su día fueron temas de actualidad y controvertidos, su sucio modo de actuar a través del agente Sam Holden, autor de los chantajes y la lucha de los servicios de espionaje entre países con la aparición del Mossad. Esto responde al estilo del autor, a quien le gusta investigar temas de estado y noticias opacas para denunciarlas ante la opinión pública. Por otro lado, encontramos también al protagonista dialogando sobre la homosexualidad, las drogas… En definitiva temas llamativos que buscan hacer atractiva la novela.

La novela está narrada en tercera persona con un narrador omnisciente, y estructurada en 33 capítulos muy cortitos, sin encabezado, ordenados cronológicamente, y con un epílogo final que trata de cerrar los temas pendientes de la narración.

El título en mi opinión es acertado, pues crea el ambiente adecuado para la historia, y mi elección de esta obra, en gran parte se debe a su atractivo y a la sinopsis, donde se nos cuenta que Vázquez-Figueroa hace 30 años se atrevió a publicar esta obra, en pleno apogeo del líder libio, jugándose el pellejo. Por tanto, esta edición de 2011 es una edición revisada con una portada diferente de la ya publicada con anterioridad. Lo que no se le puede negar al autor es haber acertado en pronosticar el final que ha tenido este tirano, aunque ni él mismo imaginó que fuese tan macabro como la realidad ha plasmado. Como todos sabemos, la realidad en muchas ocasiones supera a la ficción.

Lo que más me ha gustado de la novela ha sido el estilo informal en el que está escrita, con unos diálogos pícaros, irónicos y ácidos que le dan un carácter fresco y directo al texto. Desde esta perspectiva se afronta la relación de Elliot con Ángela, continuamente achacándose defectos y propinándose golpes bajos, aún a sabiendas de que se siguen queriendo. Me recuerda mucho a las relaciones sobre todo con hermanos y amigos, cuando con toda la ironía y la socarronería del mundo pretendemos socavar la seguridad de la otra persona. Y este estilo se extiende también a todas las relaciones entre personajes, dejando al descubierto tratos directos, con vocabulario a veces soez y despreocupado. Me ha gustado mucho este enfoque.

 La historia se desarrolla a mi juicio en dos escenarios, uno es el lugar por donde va evolucionando el personaje de Elliot Bukhanan, Nueva York, Miami, Colombia, Libia, y el otro, el desierto libio, donde un grupo de militares beduinos encabezados por Omar Al Muzruk, excompañero militar y político de Gadafi, tienen una extraña misión. Al final de la historia, toda la acción se desarrollará en el desierto donde se rueda “Cita en Tubruq”.

En cuanto a los personajes, muchos de ellos ya citados anteriormente, me llaman la atención dos: Cameron Harris, director de la película y actual novio de la exmujer de Elliot, pues no me cuadró que se presente como un pelele al inicio de la novela, para evolucionar hasta un director serio, trabajador y con dotes de mando. Y por otro lado, Gadafi, que no aparece en escena hasta el final de la historia, pero del que se va desgranando un poco su vida por boca de los demás personajes, para pasar de ser un joven entusiasta que quería liberar a su pueblo a un lunático con aires de grandeza. Elliot es el protagonista, y hay que buscar en él ciertos tintes autobiográficos del autor, pues Vázquez-Figueroa fue corresponsal de guerra, y siente el gusanillo de acudir allí donde está la noticia.

Por último, la novela no posee abundantes descripciones, creo que intencionadamente, pues tanto el periodismo como la dirección cinematográfica son cuestiones que nuestro autor conoce bien. Pretende con ello, que el lector se centre en mantener la intriga y no pierda el interés por la historia. No obstante, sí dedica cerca del final varias páginas a describir a la actriz protagonista de la película: Mahiana Tepuaní, diva cinematográfica, que acapara la atención allí donde está.

El final es bueno, ya que aunque se espera la resolución final, es bastante difícil imaginar cómo se va a llevar a cabo. Así pues, sorprende y deja buen sabor de boca. En cualquier caso, el autor nos aporta un epílogo donde intenta cerrar los posibles temas abiertos de la narración, y que termina planteándonos un dilema moral sobre el asesinato.

Me ha sorprendido gratamente, sobre todo después de haber leído “Coltán” hace ya un tiempo y que no me gustó nada. Por tanto le voy a dar 3PLUMAS-BUENO, aunque he estado tentado de darle un poquito más.

Fuentes:

- http://www.vazquezfigueroa.es/obras/

- Foto del autor: http://www.vazquezfigueroa.es/biografia/